La Abuela tiene 85 años y escribe poemas desde hace más de 40, contando solo con 3 años de escuela.
Hace un año cumplió su gran sueño de editar un libro con algunos de sus tantos poemas. Y hoy, gracias a la ayuda de su familia los comparte por este medio con todos los apasionados de la poesía.
Gracias por los comentarios, para ella son un mimo en el corazón!


viernes, 25 de enero de 2013



EL NIÑO Y EL RÍO


Que bonito era ese niño
Y que pobre eran sus  ropas
Con su camisita rota
Pantalón viejo y de botas.

Con un palito y pensando
A la orilla de ese río
Y dibujando la tierra
¿Mamá donde te has metido?

Una bolsita en el suelo
Y una caña de pescar
Su rostro todo mojado
De llorar y de llorar.

El río su compañero
Y el sol le da su calor
Y cuando llega la noche
Se acuesta en cualquier rincón.

Con el –croac, croac- de los sapos
Siempre chapaleando en el barro
Y con su rostro de niño
Y sus pies todos mojados.

A la orilla de ese río
Allí lo vieron nacer
Cuando una india lo tuvo
Y nunca lo vio crecer.

Ella cerró sus ojos
Al darle la vida a él
Y un viejito que pasaba
Le dio el poncho y su querer.

Y lo crío con cariño
Una chiva lo amamantó
Es tan lindo ese changuito
El lo adora como a Dios.

Y le ha enseñado el misterio
El idioma de ese río
Y el murmullo de la noche
Cuando el sol ya se ha escondido.
 
Se sienta bajo el sauce
Y se pone allí a pensar
¿Mamá dónde te has metido?
¿En que estrella brillarás?

Cuantos chicos como este
Por el mundo se han perdido
Y que no tiene ni a un viejo
Ni ese río que es su amigo.

Llega una ronda de pibes
Le convidan pegamento
No me echen a perder
Que pensar es lo que quiero.

Lleva una medalla en su pecho
Que lo ahuyenta de ese mal
Tiene el ángel de la guarda
Y el diablo siempre se va.

En sus ojos la tortura
De una niñez ya perdida
Y en sus ojos la esperanza
De encontrarse con la vida.

Es amigo de un petiso
Lo lleva de acá para allá
Junta yuyos de los cerros
Los vende en cualquier lugar.

Todos lo llaman –changuito
¿Me vas a hacer los mandados?-
-Como no señora buena-
Y las monedas va juntando.

El se compra un barrilete
A veces también bolitas
Se mete en cualquier boliche
Y le regalan la comida.

Así ya se va criando
Con los golpes de la vida
Y en su mente las esperanza
De ver su  madre querida.


Poetiza Rosa García