La Abuela tiene 85 años y escribe poemas desde hace más de 40, contando solo con 3 años de escuela.
Hace un año cumplió su gran sueño de editar un libro con algunos de sus tantos poemas. Y hoy, gracias a la ayuda de su familia los comparte por este medio con todos los apasionados de la poesía.
Gracias por los comentarios, para ella son un mimo en el corazón!


martes, 3 de junio de 2014



ME VOY P´AL CEMENTERIO

  
Hoy es sábado señores
Tengo una cita sagrada
De marchar p´al cementerio
A visitar a la mamá.

De sentarme allí en el banco
Relojeando un poco el diario
Y mientras ella descansa
La contempla su hijo amado.

Contarle lo de mi vida
Que le cuido bien su rancho
Que está todo igualito
Como mamá lo ha dejado.

Lo único que el perro tuyo
Ya no quiere ni comer
Echado está todo el día
Y llora hasta el amanecer.

Los pájaros del jaulón
Ya no se sienten cantar
Es que extrañan a su dueña
Es que hay mucha soledad.

El sulqui está allí parado
Y no lo quiero pintar
Me acuerdo cuando muy juntos
Salíamos a pasear.

Con tu caballo tobiano
Que siempre te está esperando
Siempre mira p´al cielo
Parece que está extrañando.

Para mi es un consuelo
De venirte a visitar
De contarte así las cosas
Y poderme desahogar.

Las flores que cultivabas
Han perdido su belleza
Parece que el agua que pongo
No es la misma que su dueña.

La cocina está parada
Te extraña mamá querida
Yo le quiero poner leña
Y no me hace ni una chispa.

El gato está entristecido
Ya no se siente maullar
Pega vueltas por el rancho
Es que extraña tu telar.

Me acuerdo cuando eras jóven
Siempre lavando en la tina
Igual que una mariposa
Volabas pa´ la cocina.

Y yo sentado en un banco
Te contemplaba contento
Siempre te quise mi vieja
Por que pa´ mi sos mi aliento.

Vos me enseñaste el peligro
Que tiene el monte y el río
Me enseñaste a creer en Dios
Por eso que ahora es mi amigo.

Me acuerdo que de gurí
Vos me enseñaste a rezar
 A hacer la señal de la cruz
Para poder descansar.

Yo renegué de tu enfermedad
Y renegué cuando partías
Me mirabas con tus ojos
Y tus labios sonreían.

Yo miro mis manos
Que llevaron tu cajón
Yo miro mis manos
Con odio y con rencor.

Le ayudaron a llevarla
Le ayudaron a enterrarla
Con mis manos le tiré
Hasta la tierra en su caja.

Que triste estaba el domingo
Y que fría su mortaja
Cuanta lluvia que caía
Que mojaba hasta mi alma.

Yo me quiero desahogar
Y contarte así tu historia
De contarte de tu vida
Y de ahora que sos sombra.

Te voy a decir una cosa
Para ponerte contenta
Que no voy más al boliche
Que ya no tomo ginebra.

No ando en malas compañías
Y trabajo todo el día
Puede ser que con el tiempo
Me consiga alguna china.

Por que quiero tener gurices
Que sean igual que vos
Que te cuiden tu ranchito
Que te traigan una flor.

Y cuando sea viejito
Que no pueda caminar
Que me traigan con mi diario
Que me traigan a llorar.

Se van a reír los gurices
Van a decir que es manía
Van a decir que estoy viejo
Pero no me importa, es mi vida.

El hombre puede tener
Muchos amores en la vida
Pero el primero que tiene
Es la madre querida.

Y lo ha de ser hasta el fin
Aquí me vas a esperar
Justito al lado de tu tumba
Tu hijo va a descansar.

Esta es la historia de un hombre
Que quiso mucho a su madre
Aunque muchos no lo crean
Para el hombre es lo importante.


Poetiza Rosa García