EL CIEGO DE LA
ARMÓNICA
El
ciego de la armónica
Lo
acompaña a un negrito
Es
huérfano de padre y madre
Y
le sirve de lazarillo.
Camina
de un lado a otro
Con
su bastón va tanteando
Él
tiene un banco elegido
Y
lo acompañan los pájaros.
Sube
y baja del colectivo
Quien
no sabe el tiene vista
Lleva
la fuerza de Dios
Y
en sus labios la sonrisa.
Él
no tiene hogar ninguno
Sus
padres están en el cielo
Él
lo tiene a su negrito
Y
a un perro que es su consuelo.
De
chiquito quedó ciego
De
un golpe de una desgracia
Siempre
recuerda el colegio
Sus
amigos y la plaza.
Yo
nuca tuve un amor
Pero
vivo enamorado
Amo
todo lo más bello
Que
mi Señor ha creado.
El
día de reyes
Papá
era Papa Noel
Los
zapatos, el pasto, el agua
Mi
miedo al amanecer.
Que
tiempo lindo fue mi niñez
Mi
madre y mi padre
Y
me siento en sus brazos
Lo
mismo que ayer.
Amo
los rayos del sol
Cuando
brillan en el lago
Mis
manos palpan el agua
Y
con esa agua me lavo.
Él
sabe llevar la cruz
De
vivir en la tinieblas
Y
dice que el es feliz
Porque
con Dios él se acuesta.
No
sabe lo que es llorar
No
conoce la miseria
Porque
su alma es pura
Él
no ambiciona riqueza.
Enamorado
siempre
De
toda la naturaleza
El
perfume de las rosas
Su
mente siempre de fiesta.
Ama
la primavera
Con
la brisa perfumada
El
volar de la golondrinas
Lo
hacen soñar en su almohada.
Duerme
en cualquier zaguán
Aunque
a él todos lo ayudan
Se
tira al suelo y dormida
Se
pone a hablar con la luna.
Dios
a el le dio un poder
De
ver ese paraíso
Por
eso que el es tan bueno.
Poetiza Rosa García
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